Desde finales del siglo XX la competencia entre organizaciones no ha dejado de crecer para todos los mercados y productos. Así, hay mercados que comienzan a estar saturados y el hecho de poseer los medios para ofrecer un producto o servicio, ya no garantiza el éxito. Ante consumidores cada vez más informados y con una oferta creciente y variada, la calidad se convierte en el factor crítico y diferencial que hace destacar a las compañías sobre su competencia.
La Norma de la Organización Internacional de Normalización (ISO) que trata los sistemas de gestión de la calidad, es la más implantada y reconocida a nivel mundial. En el año 2015 sufrió su última revisión, y es fundamental para las organizaciones establecer un modelo de gestión basado en la calidad de sus productos/servicios y mantenerse actualizadas en un mercado cada vez más globalizado.